3 Momentos 3 Puntos de vista

3 Maneras de despertar no muy apacibles

Con anginas, analgésicos, fiebre y todo...
Con énfasis en analgésicos y fiebre, así es que si esto se torna algo delirante, ya saben que es por culpa de agentes externos... los medicamentos, sepan disculparme.

1. Despertarse en el 1808: el sonido de los carruajes y los gritos de los vendedores ambulantes, afuera de tu casa te dicen que ya es un nuevo día. La habitación huele a velas consumidas y a historia. “Ah otro día en el virreinato del Río de la Plata” pensás, mientras tomas un poco de fuerzas para incorporarte y finalmente levantarte… de pronto todo se arruina… pisas la bacinica al levantarte y todo ese rejunte de Iquidos nocherniegos se chorrea por el piso de madera, tendrás que enjuagarte los pies antes de vestirte, ya estás de mal humor el día no será lo mismo, pase lo que pase dirás… “pero esta mañana pise mi pelela…” “Ya sé que el día puede mejorar pero pisé mi bacinica… ¡Oh Dios me siento desaseado como un cochinillo de una colonia anglosajona!”

2. Despertarse en el presente: abrir los ojos con un dolor que no tenías la noche anterior, como si te hubieran apaleado pero no tanto como para desmayarte sino que estés conciente y puedas pensar “¡Ay! ¡Esto no es normal!... ¿Hoy es lunes? ¡Ay que malestar!. Tu cabeza volando en fiebre, todo transpirado, con el cuerpo quejumbroso, las extremidades pesadas, la garganta cerrada… en lo personal hubiera preferido que no fuera así. (72 horas de reposo… y parece que vamos por más)
3. Despertarse en el 2208 o sea en el futuro: el despertador computarizado que emite sonidos estridentes te da el último aviso antes de comenzar con los electrochoques para obligarte a salir de la cama. Remoloneas un poquito… y el resto es dolor… agudo y profundo dolor. Así como cuando te golpeas el dedo chiquito con las patas de la mesa, con la cama, con el vórtice de algún elemento incorpóreo. Gritas… tomas un poco de aire… que por cierto a esta altura debe estar carísimo, por eso tomas un poco. Y te levantas para comenzar tu día, pero obviamente que con un comienzo así difícilmente puedas sonreír.

Tres formas de arrancar el día, separadas por doscientos años, y cada punto de vista tiene sus pros y sus contras. Hubiera preferido pisar una pelela que levantarme con faringoamigdalitis, una malvada invasión bacteriana o virósica llamada anginas… enfermedad muy común en los niños... ¿¿¿¿En los niños???? Entonces ¿Por qué me enfermé? ¿Acaso los virus y bacterias no distinguen un niño de un adulto? Ya sé que aparento menos edad que la que realmente tengo pero… esto es un atropello… debería de quejarme ante el consejo de enfermedades y denunciar a estos minúsculos terroristas, los eliminaré con antibióticos je je… bueno evidentemente lo que pronostiqué está pasando: incoherencias, desvarío, desatino y discordancias, aflorando desde el más insondable de los rincones de mi personalidad… ¡Oh no!¡Soy victima de los analgésicos!